EL DIA QUE…
Teresita es paciente del hospital
oncológico, con un diagnóstico de linfoma avanzado, 62 años y 15 hijos. Vive en
situación de extrema pobreza, ayudada por familiares, que también poseen
trabajos precarios e informales, por vecinos solidarios y por nuestro sistema
de salud y servicio social que, según los planes en vigencia, se le ofrece de
inmediato. En la última sesión de psicoterapia ella me contó conmovida que, por
un plan de vida digna, le asignaron un dinero para terminar su casa-rancho. Con
gran euforia afirmó: ¡doctora, el día que tenga mi primer baño voy a dormir esa
noche ahí!
En tiempos de cuarentena Teresita
sacude al equipo de salud con una realidad que se contrapone con los protocolos
establecidos, y nos obliga a pensar en que todas las medidas de prevención se
formulan desde una mirada social media, donde contamos con techo, agua potable,
baño…condiciones indispensables y casi naturalizadas por todos nosotros.
En cada escucha, en cada encuentro, una existencia
única puja para ser cobijada. Como psicoanalista buceo desde dentro y desde
fuera, y me pregunto cual es la construcción anhelada, fantaseada de aquel
deseo que condensa el amparo, la inclusión y el logro de no quedar pegado a la
no-cultura. Busco la mejor opción para
construir en nuestro espacio de salud mental, acciones de cuidado,
acompañamiento y creatividad, aunque estemos inmersos en el panorama más
desolador de los últimos 50 años.
Los tratamientos oncológicos no se
pueden interrumpir ya que los esquemas están pensados y diagramados para acabar
con el crecimiento celular anómalo… estudios exploratorios, tratamientos de quimioterapia,
terapia radiante y cirugías, pero en estas condiciones, ¿dónde estamos parados,
que frenamos y que no, para protegerlos/nos?, ¿cual es el mal mayor cuando nos
encontramos con pacientes crónicos pulseando un cáncer y de repente todo es
pandemia?
Vuelvo a insistir, la atención de lo
colectivo es un movimiento, pero no nos tenemos que olvidar del encuentro con
cada ser que nos cuenta con extremos
detalles su propia vida.
Milena
Vigil – Psicoanalista, Prosecretaria de la Asociación Psicoanalítica de Córdoba
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