miércoles, 1 de julio de 2020

De templos a continentes ... del diván a lo virtual por Claudio Perusia


Entre los años 541 y 543 la pandemia de Justiniano afectó al Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino, incluyendo a la ciudad de Constantinopla y otras partes de Europa, Asia y África. Se estima que, entre 541 y 750, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas.

La peste negra o muerte negra se refiere a la pandemia que afectó a Eurasia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353.

La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada la más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales. Cien años han pasado de la esa pandemia, donde Freud perdió a su hija Shofia.

Parece que no sólo algunos de nuestros pacientes, manifiestan eso de repetir,… la humanidad, el mundo también…Luis Hornstein dice…convertir la historia en pasado permite un futuro que no es pura repetición.

Comenzamos este escrito con unos hechos históricos, que seguramente muchos no conocíamos, o teníamos algunos datos aislados de ellos, pero conocemos una historia más reciente. Nos retrotraemos a la noche del jueves 19 de Marzo del 2.020. Aquello que veíamos en los noticieros que sucedía en tierras lejanas, a mucha distancia, y que por momentos, quizás nos sentíamos ajenos a esa realidad, de pronto  esa distancia se acortó notablemente, estaba ahí, al alcance de nuestras manos, el gobierno Nacional, declaraba la cuarentena, término que para la medicina, describe el aislamiento.

Surgieron muchas preguntas,… y ahora qué?...cómo?...hasta cuándo? El Covid-19, nos arrebataba nuestros mañanas. El viernes iba a ser un día muy diferente al planificado. Comencé llamando a los pacientes, ofreciéndole tener sus sesiones de manera virtual!!! ...Todos estábamos conmocionados. Algunos aceptaron sin mayor resistencia, otros… lo iban a pensar, y los menos, decidieron que llamarían cuando… esto pase? Nuestros psiquismos estaban tratando de metabolizar lo que estaba pasando, mejor dicho lo que estábamos empezando a vivenciar.

A medida que transcurrían los días nos íbamos acomodando a esa nueva realidad, impuesta!…Apelamos a nuestra inteligencia y creatividad para sortear las dificultades que se nos presentaban, como por ejemplo, un paciente tenía sus  sesiones en el auto, en la cochera de su edificio, era el único lugar  donde encontraba la suficiente privacidad para hablar libremente.  Otro lo hacía en su dormitorio recostado  en su cama. Otro desde la terraza mirando la puesta del sol…la gran mayoría, encontraba un tiempo y un espacio, para tener sus sesiones. A esto se la sumaban otras dificultades que tenían que ver con el poco manejo de la tecnología, de la virtualidad, lo insuficiente que podía llegar a ser la conectividad a internet.

Cuántos cambios! Nuevamente cuántas preguntas…cómo impactaba en mí, estar dentro de la casa de cada uno de ellos, y ellos dentro de  mí casa? Qué pasaría con el paciente que se recuesta en el diván, ahora nos mirábamos cara a cara? Cómo estarían aquellos que decidieron esperar…a que todo esto pase!?  Punto este que me generaba cierta preocupación. Esa negativa, para mí,  tenía un valor diagnóstico, no pudieron utilizar esas vías colaterales, al menos darse la posibilidad de probar  una manera distinta de sostener este espacio analítico, y pensaba… a cuántas otras cosas de su vida estos pacientes renunciaban por no usar otros caminos, otras vías.

En casi todos resonaba la misma frase… De esta forma no es lo mismo, presencial es mejor o me gusta más.  Por ese entonces recordé a Ferenczi, y sus postulados sobre la técnica activa, y decidí que cuando apareciera la frase… de esta forma no es lo mismo, presencial es mejor, iba a proponer puntuar  la frase , es decir quedarnos sólo con… de esta forma no es lo mismo... Me parecía que era muy temprano para arribar a alguna conclusión. Y es más, quizás las variables mejor o peor, no serían las más adecuadas. Debían ser reemplazarlas por;  Si es efectiva esta forma de tratamiento? Si se promueven cambios? Si podemos explorar el inconsciente?

Hacía varios años, alrededor de 8 ó 9, que trabajo con algunos pacientes de manera remota o virtual, y también como paciente hace alrededor de seis que tengo mis sesiones por teléfono. Estaba familiarizado con este formato, a mí me animó a utilizarlo una situación que me aconteció un domingo por la tarde. Estaba no sé qué haciendo en la computadora, me disponía a dejar de utilizarla, tenía una reunión social, y recibo una llamada por Skype. Se trataba de una persona que hacía meses no veía, ya que se había mudado a España buscando nuevas posibilidades, y que  por razones de diferencia horaria, la comunicación era pobre, escasa, en esos años no existía Whatsapp.

La charla se extendió por largo tiempo, cuando finalizó, ya era tarde para concurrir a ese evento social.

Promediando la semana, me encuentro con alguien que había acudido al evento social y me pregunta…que te pasó, por qué no fuiste? Sin dudarlo mi respuesta fue, estaba por ir pero justo me llego gente!!! Cuando di esa respuesta, al mismo tiempo dude, pensé, no estuve solo!!! La situación se volvió algo confusa…Lo lamentable es que esa persona nunca me creyó, …he hizo bien!!! Fácticamente nadie había llegado a mi casa, pero yo tenía otro registro.

Lo que me parece importante transmitir, compartir, es la sensación de haber estado con alguien en mi casa, la sensación de presencia, que me lleva a decir de manera automática, “me llegó gente”.

Hoy mucho escuchamos hablar del estar sin estar, agregaría, estar sin esta, estando. Ese gerundio poco usado, esa forma no personal del verbo, que expresa la duración de la acción, que hoy se materializa en la imagen de una pantalla.

Han pasado varios días, meses,  de cuarentena, las medidas de aislamiento se van flexibilizando, la corporalidad comienza a estar más presente. Nos encontramos con nuevos interrogantes y desafíos. Aún no podemos hablar en pasado, pero podemos vislumbrar un futuro, poco prometedor, la pandemia del Covid-19, tuvo la capacidad de atravesar a toda la humanidad, se virilizó, como también se viralizan sentimientos y realidades en todo el mundo. Podemos suponer que en el futuro, serán tiempos de elaboración de perdidas, de duelos. Todos habremos de perder algo, un trabajo, un comercio, un proyecto, o lo más irreparable, a alguien, algún familiar, amigo, paciente o terapeuta.

Además del duelo, también podemos percibir algo común en varias personas, al menos en nuestro medio, un marcado deseo de no volver físicamente a sus puestos de trabajo. La virtualidad tiene algo muy seductor, nos puede resultar más cómodo, ahorramos tiempo y dinero, y es así como una Nueva Normalidad se avecina, va desde la forma de saludarnos, a maneras de trabajar, estudiar, comprar.

Este breve comentario, que sólo interroga un  periodo de la existencia humana, producto del pensar, estudiar, discutir con colegas,  sin llegar a respuestas acabadas, absolutas, me lleva a formular preguntas más complejas, cuya raíz está en la práctica clínica.

Una  normalidad es aquello  que se ajusta a cierta norma o a características habituales, corrientes, sin exceder ni adolecer. En el mundo de la clínica psicoanalítica, en  momentos de iniciar un análisis, se pensaba en ciertas variables del dispositivo psicoanalítico como por ejemplo, número de sesiones, frecuencia, la utilización del diván, o bien cara a cara, quizás hoy debamos agregar otra, las sesiones de manera virtual, con los recursos y plataformas que vayan surgiendo.

En una entrevista que George Sylvester Viereck en 1926 le realizara a Freud titulada  El valor de la vida” Viereck, pregunta.  La estructura científica que usted levanta me parece ser mucho más elaborada. Sus fundamentos -la teoría del “desplazamiento”, de la “sexualidad infantil”, de los “simbolismos de los sueños”, etc. – parecen permanentes. Freud responde, Yo repito pues, que estamos apenas en el inicio. Yo apenas soy un iniciador. Conseguí desenterrar monumentos enterrados en los substratos de la mente. Pero allí donde yo descubrí algunos templos, otros podrán descubrir continentes.

Esos continentes, tendrán que ver hoy con la implementación de la técnica y la adecuación del dispositivo psicoanalítico al universo de la virtualidad?

Claudio Perusia. Licenciado en Psicología. Psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica de Córdoba. Miembro Titular con Función Didáctica. Titular de cátedra de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba.  



1 comentario:

  1. Muy bueno el texto! Ayuda a seguir pensando el psicoanálisis y ayiornarlo a las necesidades de cada época.

    ResponderEliminar