Entre
los años 541 y 543 la pandemia de Justiniano afectó al Imperio Romano de
Oriente o Imperio Bizantino, incluyendo a la ciudad de Constantinopla y otras
partes de Europa, Asia y África. Se estima que, entre 541 y 750, la población
mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas.
La peste negra o muerte negra se refiere a la pandemia que
afectó a Eurasia en
el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353.
La
Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo
el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada la más
devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen
de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales. Cien años
han pasado de la esa pandemia, donde Freud perdió a su hija Shofia.
Parece
que no sólo algunos de nuestros pacientes, manifiestan eso de repetir,… la
humanidad, el mundo también…Luis Hornstein dice…convertir la historia en pasado permite un futuro que no es pura
repetición.
Comenzamos
este escrito con unos hechos históricos, que seguramente muchos no conocíamos,
o teníamos algunos datos aislados de ellos, pero conocemos una historia más
reciente. Nos retrotraemos a la noche del jueves 19 de Marzo del 2.020. Aquello
que veíamos en los noticieros que sucedía en tierras lejanas, a mucha distancia,
y que por momentos, quizás nos sentíamos ajenos a esa realidad, de pronto esa distancia se acortó notablemente, estaba
ahí, al alcance de nuestras manos, el gobierno Nacional, declaraba la
cuarentena, término que para la medicina, describe el aislamiento.
Surgieron
muchas preguntas,… y ahora qué?...cómo?...hasta cuándo? El Covid-19, nos
arrebataba nuestros mañanas. El viernes iba a ser un día muy diferente al
planificado. Comencé llamando a los pacientes, ofreciéndole tener sus sesiones
de manera virtual!!! ...Todos estábamos conmocionados. Algunos aceptaron sin
mayor resistencia, otros… lo iban a pensar, y los menos, decidieron que
llamarían cuando… esto pase? Nuestros psiquismos estaban tratando de
metabolizar lo que estaba pasando, mejor dicho lo que estábamos empezando a vivenciar.
A
medida que transcurrían los días nos íbamos acomodando a esa nueva realidad, impuesta!…Apelamos
a nuestra inteligencia y creatividad para sortear las dificultades que se nos
presentaban, como por ejemplo, un paciente tenía sus sesiones en el auto, en la cochera de su
edificio, era el único lugar donde
encontraba la suficiente privacidad para hablar libremente. Otro lo hacía en su dormitorio recostado en su cama. Otro desde la terraza mirando la
puesta del sol…la gran mayoría, encontraba un tiempo y un espacio, para tener
sus sesiones. A esto se la sumaban otras dificultades que tenían que ver con el
poco manejo de la tecnología, de la virtualidad, lo insuficiente que podía
llegar a ser la conectividad a internet.
Cuántos
cambios! Nuevamente cuántas preguntas…cómo impactaba en mí, estar dentro de la
casa de cada uno de ellos, y ellos dentro de mí casa? Qué pasaría con el paciente que se
recuesta en el diván, ahora nos mirábamos cara a cara? Cómo estarían aquellos
que decidieron esperar…a que todo esto pase!? Punto este que me generaba cierta preocupación.
Esa negativa, para mí, tenía un valor
diagnóstico, no pudieron utilizar esas vías colaterales, al menos darse la
posibilidad de probar una manera
distinta de sostener este espacio analítico, y pensaba… a cuántas otras cosas
de su vida estos pacientes renunciaban por no usar otros caminos, otras vías.
En
casi todos resonaba la misma frase… De
esta forma no es lo mismo, presencial es mejor o me gusta más. Por ese
entonces recordé a Ferenczi, y sus postulados sobre la técnica activa, y decidí
que cuando apareciera la frase… de esta
forma no es lo mismo, presencial es mejor, iba a proponer puntuar la frase , es decir quedarnos sólo con… de esta forma no es lo mismo... Me
parecía que era muy temprano para arribar a alguna conclusión. Y es más, quizás
las variables mejor o peor, no serían las más adecuadas. Debían ser reemplazarlas
por; Si es efectiva esta forma de
tratamiento? Si se promueven cambios? Si podemos explorar el inconsciente?
Hacía
varios años, alrededor de 8 ó 9, que trabajo con algunos pacientes de manera
remota o virtual, y también como paciente hace alrededor de seis que tengo mis
sesiones por teléfono. Estaba familiarizado con este formato, a mí me animó a
utilizarlo una situación que me aconteció un domingo por la tarde. Estaba no sé
qué haciendo en la computadora, me disponía a dejar de utilizarla, tenía una
reunión social, y recibo una llamada por Skype. Se trataba de una persona que hacía
meses no veía, ya que se había mudado a España buscando nuevas posibilidades, y
que por razones de diferencia horaria,
la comunicación era pobre, escasa, en esos años no existía Whatsapp.
La
charla se extendió por largo tiempo, cuando finalizó, ya era tarde para
concurrir a ese evento social.
Promediando
la semana, me encuentro con alguien que había acudido al evento social y me
pregunta…que te pasó, por qué no fuiste? Sin dudarlo mi respuesta fue, estaba
por ir pero justo me llego gente!!! Cuando di esa respuesta, al mismo tiempo
dude, pensé, no estuve solo!!! La situación se volvió algo confusa…Lo lamentable
es que esa persona nunca me creyó, …he hizo bien!!! Fácticamente nadie había
llegado a mi casa, pero yo tenía otro registro.
Lo
que me parece importante transmitir, compartir, es la sensación de haber estado
con alguien en mi casa, la sensación de presencia,
que me lleva a decir de manera automática, “me llegó gente”.
Hoy mucho
escuchamos hablar del estar sin estar, agregaría, estar sin esta, estando. Ese gerundio poco usado, esa forma no
personal del verbo, que expresa la duración de la acción, que hoy se
materializa en la imagen de una pantalla.
Han pasado
varios días, meses, de cuarentena, las
medidas de aislamiento se van flexibilizando, la corporalidad comienza a estar más
presente. Nos encontramos con nuevos interrogantes y desafíos. Aún no podemos
hablar en pasado, pero podemos vislumbrar un futuro, poco prometedor, la
pandemia del Covid-19, tuvo la capacidad de atravesar a toda la humanidad, se virilizó,
como también se viralizan sentimientos y realidades en todo el mundo. Podemos
suponer que en el futuro, serán tiempos de elaboración de perdidas, de duelos.
Todos habremos de perder algo, un trabajo, un comercio, un proyecto, o lo más
irreparable, a alguien, algún familiar, amigo, paciente o terapeuta.
Además
del duelo, también podemos percibir algo común en varias personas, al menos en
nuestro medio, un marcado deseo de no volver físicamente a sus puestos de
trabajo. La virtualidad tiene algo muy seductor, nos puede resultar más cómodo,
ahorramos tiempo y dinero, y es así como una Nueva Normalidad se avecina, va desde la forma de saludarnos, a
maneras de trabajar, estudiar, comprar.
Este
breve comentario, que sólo interroga un periodo de la existencia humana, producto del
pensar, estudiar, discutir con colegas, sin llegar a respuestas acabadas, absolutas,
me lleva a formular preguntas más complejas, cuya raíz está en la práctica
clínica.
Una normalidad es aquello que se ajusta a
cierta norma o a características habituales, corrientes, sin exceder ni
adolecer. En el mundo de la clínica psicoanalítica, en momentos de iniciar un análisis, se pensaba en
ciertas variables del dispositivo psicoanalítico como por ejemplo, número de
sesiones, frecuencia, la utilización del diván, o bien cara a cara, quizás hoy
debamos agregar otra, las sesiones de manera virtual, con los recursos y
plataformas que vayan surgiendo.
En
una entrevista que George Sylvester Viereck en 1926 le realizara a Freud
titulada El valor de la vida” Viereck,
pregunta. La estructura científica que
usted levanta me parece ser mucho más elaborada. Sus fundamentos -la teoría del
“desplazamiento”, de la “sexualidad infantil”, de los “simbolismos de los sueños”,
etc. – parecen permanentes. Freud responde, Yo repito pues, que estamos apenas
en el inicio. Yo apenas soy un iniciador. Conseguí desenterrar monumentos
enterrados en los substratos de la mente. Pero allí donde yo descubrí algunos
templos, otros podrán descubrir continentes.
Esos
continentes, tendrán que ver hoy con la implementación de la técnica y la
adecuación del dispositivo psicoanalítico al universo de la virtualidad?
Claudio
Perusia. Licenciado en Psicología. Psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica
de Córdoba. Miembro Titular con Función Didáctica. Titular de cátedra de la
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba.
Muy bueno el texto! Ayuda a seguir pensando el psicoanálisis y ayiornarlo a las necesidades de cada época.
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