miércoles, 8 de abril de 2020

Distraerse en la cuarentena. Netflix y la serie Freud por Mariela Errasti

Tiempo atrás  la plataforma Netflix anuncia una serie intitulada “Freud”, que será  totalmente realizada en Austria, despertando el interés, no solo en la comunidad psi, sino también en aquel público interesado en quien fue un pensador central del siglo XX.

Hace pocos días se estrenó, y los comentarios redundan en que es una serie de terror y “que nada tiene que ver con Freud. Podemos coincidir.

 Pensador sobre el que se han escrito más de una decena de biografías, podríamos haber supuesto una serie sobre su vida, una reactivación de rumores con su cuñada, (nunca confirmados, por cierto), o la epopeya de fundar una nueva disciplina y las relaciones complejas y apasionadas con sus colegas, la creación de la sociedad de los miércoles, sus ideas, sus disputas con Adler o Jung, o su vejez que no solo le depararon un brutal cáncer sino  la emigración del nazismo, lograda por persuasión de la princesa Marie Bonaparte y Ernest Jones , que le evitó el trágico final, que sí, sufrieron sus hermanas víctimas del holocausto.

Pero no… el guionista, (que si leyó varias biografías), eligió el personaje Freud y elaborar una ficción. Uno hubiese  encontrado  más pertinente  que la serie se llamase,  Kraff- Ebing, quien si fue psiquiatra (Freud jamás fue psiquiatra, fue neurólogo antes de ser psicoanalista) y publicó estudios como “Fundamentos de psicología criminal para juristas (1882) Psychopatía sexuales (1886) “Estudios experimentales sobre el dominio de la hipnosis” (1889) Psychoses menstrualis (1902) pero claro…. ése apellido no vende….

Un colega, poco enojado, se  quejaba  diciendo lo lejos  que se ponía Freud con respecto a todo tema referido al ocultismo, y mucho más la brujería y los ritos satánicos… Sin embargo, y no para defender a nuestro maestro, (que no necesita defensa), podemos recordar  algunos elementos biográficos  que conocemos, y en los que se inspiraron los autores para crear esa ficción.  (De paso nos entretenemos en esta pandemia…)
Freud.

Si buscásemos en que momento de la vida de Freud ha querido situarse la ficción de la serie, sin lugar a dudas es cuando Freud inicia tres  años de residencia hospitalaria en el Hospital General de Viena.

Freud inicia sus estudios de medicina en 1873 y los finaliza en marzo de 1881. Al egresarse trabaja seis años en el laboratorio de Brucke,  (a quien reconocía como admirado maestro) que enseñaba fisiología y “anatomía superior” (como denominaban a la histología.) aquí conoció al Dr. Josef Breuer, colega que le estimulaba, amigo paternal que lo ayudará económicamente en los últimos tiempos de la residencia,(cosa que no se priva la serie en mostrar) y que también compartirá la historia de la extraña enfermedad de una joven, conocida con el seudónimo de Anna O. pero que la serie menciona con su verdadero nombre de Berta Pappenheim.

Marta Bernays.
Según Ellenberger[1], Freud conoció a Marta Bernays y se comprometió con ella en junio de 1882. Siguiendo la costumbre de época, el matrimonio solo tenía lugar cuando se había conseguido una prospera situación financiera. Así es que Freud debe apuntalar su carrera y abandona el laboratorio para realizar residencia en el mencionado Hospital General de Viena.

 La serie destaca a Eli, casado con su hermana Anna, quien en la ficción lo amenaza ante ser testigo de una supuesta amante, pues Eli no es solo su cuñado sino ¡hermano de Marta! Pero abandonemos los chismes y sigamos…

En aquellos años, Viena, era una encumbrada y destacada capital europea. El hospital era muy prestigioso, cada jefe de departamento era una celebridad médica. Pero el salario de residente era muy bajo, y Freud, enamorado, estaba urgido por mejorar su situación.

Theodor Meynert.

 En el hospital rotó por diferentes servicios: 2 meses en el departamento de cirugía , 6 meses a las órdenes de un  destacado internista llamado Nothangel, y el 1 de mayo de 1883 fue nombrado Sekundararzt   en el departamento de psiquiatría, dirigido por el ilustre Theodor Meynert. Solo estuvo allí 5 meses. Ningún registro de esa lucha que muestra la ficción… todo lo contrario. De hecho,  continuó su residencia en el departamento de Neurología, donde Freud dice haber adquirido una importante experiencia clínica con pacientes neurológicos. En la serie se muestra como Freud se interesa por paciente que presenta una parálisis, parálisis que bajo hipnosis no está… o sea...una parálisis funcional… pero por ese entonces Freud se dedicaba a la neurología.

Una digresión antes de seguir por aquí: Cocaína.

Ávido de  un descubrimiento que lo llevara rápido  a mejorar su situación financiera, (ya que Freud quería casarse con Marta) en 1883, a partir de un artículo publicado por el Dr. Aschenbrandt que destacaba el interés de la cocaína, el alcaloide de la coca, Freud experimentó en sí mismo  la sustancia supuestamente inofensiva, que encontró eficaz contra la fatiga y los síntomas  neurasténicos. Afirmó que se podía utilizar como estimulante, como afrodisíaco, contra los desórdenes estomacales, la caquexia, el asma y para la eliminación de los síntomas dolorosos que acompañaban la retirada de la morfina en los adictos a esa sustancia. La había aplicado a su amigo Fleischl, el cual debido a una severa neuralgia, se había vuelto morfinómano. El tratamiento trastocó una adicción por otra.  Siguieron investigaciones sobre su uso anestésico en el ojo, pero fue otro médico el que se lleva los elogios. Poco tiempo después Albrecht Erlenmeyer publicará un trabajo que destaca la adicción que produce la cocaína y quedaran en el olvido esas investigaciones, sin pasar antes por verdaderos disgustos…

Histeria, trauma, sonambulismo.

En la serie son los títulos de los 3 primeros capítulos, en la vida de Freud es… Charcot.
Mientras realizaba la residencia solicitó a la Universidad de Viena una beca de estudios. Gracias a la buena intervención de sus maestros, (¡incluido Meynert!), la beca le fue otorgada.  Y allí partió Freud a Paris a tomar clases con Charcot. La pasantía no sobrepasó los 4 meses, pero el impacto fue crucial. Según Strachey[2] es en La Salpetrière donde Freud, fascinado, desplaza su interés  por la neuropatología a la psicopatología.

Así se lo cuenta en una carta a su Martha: “Tengo la impresión de que estoy cambiando mucho. Te contare en detalle lo que me está sucediendo. Charcot, que es uno de los más grandes médicos y un hombre de una sensatez genial, esta sencillamente desbaratando  todos mis objetivos y opiniones. A veces salgo de sus clases como de Notre-Dame, con una idea totalmente nueva de la perfección. Pero me deja exhausto; después de estar con él ya no tengo deseo alguno de trabajar en mis tonterías. Hace 3 días que no hago nada y no tengo por ello ningún remordimiento. Mi cerebro se queda tan saciado como tras una velada de teatro. No sé si esta semilla dará fruto, pero si puedo afirmar que ningún otro ser humano había causado jamás tan gran efecto sobre mí…”

Freud traducirá 2 libros de Charcot y escribirá su necrológica en 1893.

Charcot.

En dicho escrito, es Freud quien relata como Charcot fue consagrando su exclusivo interés en las histerias. “Esta, la más enigmática de las enfermedades nerviosas, había caído por aquella época en un total descrédito, que se extendía tanto a las enfermas como a los médicos que se ocupaban de ella. En la histeria, se decía,  todo es posible y ya no se quería  creer nada a las histéricas. El trabajo de Charcot le devolvió dignidad al tema. El sostuvo, con el peso de su autoridad el carácter autentico y objetivo de los fenómenos histéricos, homenajeando y repitiendo la hazaña de Pinel, retrato presente en la sala de La Salpetrière. Charcot se preguntaba: ¿a qué se debe que el histérico caiga preso de un afecto sobre cuyo ocasionamiento afirma no saber nada? Allí comenzó a pensar en una escisión de la conciencia, como solución al enigma (concepto que la serie la pone en boca del personaje Freud en repetidas ocasiones) y dice Freud al respecto: “Charcot dio un paso más allá, y que le asegura para siempre la fama de ser el primero en explicar esta enfermedad: empeñado en el estudio de las parálisis histéricas que se generan después de traumas, se le ocurrió reproducirlas artificialmente luego de haberlas diferenciado de las parálisis orgánicas, poniendo en estado de sonambulismo, mediante el uso de la hipnosis. Consiguió demostrar, con un razonamiento sin lagunas, que esas parálisis eran consecuencias de representaciones que en momentos de particular predisposición  habían gobernado el cerebro del enfermo. Así quedaba esclarecido por primera vez el mecanismo de un fenómeno histérico”. Evidentemente el guionista leyó este artículo…. Pero presten atención al siguiente párrafo…  “Y esta magnífica pieza de investigación clínica fue retomad después por su discípulo Janet, así como pro Dr. Breuer y otros, para esbozar una teoría de las neurosis que coincide con la concepción medieval tras sustituir por una fórmula psicológica el “demonio” de la fantasía eclesiástica[3].

Bueno, suficiente hasta acá. Lo próximo vendrá… en el siguiente capítulo de la serie.
Ojala los haya entretenido con estos comentarios, a mí me permitieron, olvidarme por un rato de la pandemia.

Cariños.
Mariela Errasti, psicoanalista. Analista en formación de la Asociación Psicoanalítica de Córdoba

Bibliografía:
-El descubrimiento del Inconsciente. Historia y evolución de la psiquiatría dinámica. Henri Ellenberger. Edit. Gredos. 1976.
-Freud: en su tiempo y en el nuestro. Elisabeth Roudinesco. Edit. Debate. 2015
-S. Freud. Obras completas:
Tomo XXIV. Índices y bibliografía.
Tomo I: publicaciones pre psicoanalíticas.
Tomo III: Primeras publicaciones psicoanalíticas: artículos: Charcot. 1893.






[1] - Biógrafo de Freud. El descubrimiento del Inconsciente. Historia y evolución de la psiquiatría dinámica. Henri Ellenberger. Edit. Gredos. 1976.
[2] -S. Freud. Obras completas. Charcot. Tomo 3. Pag.10. Amorrortu editores.
[3] - Ídem. Pág. 22- 23 y siguientes.

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